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Los extranjeros que compran viviendas en Extremadura lo hacen en la inmensa mayoría de los casos para utilizarlas como primera residencia. No buscan ... ni mucho menos invertir en el mercado inmobiliario extremeño, que pese al encarecimiento reciente no resulta por el momento especialmente atractivo.
No va a ayudar a un cambio de tendencia la proposición del ley del Gobierno de Pedro Sánchez para limitar la compra de viviendas en España por parte de extranjeros no residentes. El Ejecutivo considera que esas adquisiciones contribuyen a la inflación en el sector y pretende desincentivar esas operaciones mediante un impuesto que duplicará el precio final de los inmuebles para estos compradores.
Los datos demuestran que Extremadura es la comunidad autónoma en la que menos viviendas compran los extranjeros. Apenas 166 adquisiciones de casas en la región las firmaron durante el pasado 2024 ciudadanos de nacionalidades distintas a la española, según la estadística del anuario publicado por el Colegio de Registradores de la Propiedad. Esa cifra supone el 1,54% de las operaciones extremeñas, la tasa más reducida de todo el país.
Rumanos compraron 35 viviendas en la región en 2024, el 21% de las adquiridas por extranjeros, y sobre todo lo hicieron en la provincia de Badajoz
Marroquíes 28 viviendas, el 17% del global y la mayoría en la provincia de Cáceres
Portugueses 13 inmuebles, cerca del 8% del total
Franceses 9 viviendas, el 5,5% de las compradas por ciudadanos de fuera de España
Chinos 9 inmuebles, el 5,5% de los adquiridos por extranjeros
Venezolanos 7 viviendas
La ratio extremeña, además, se movió a la baja en el último año. En 2023 las adquisiciones de inmuebles por parte de extranjeros fue el 1,82% del total de compras y no era la más baja de España, ya que superó a Galicia por una décima. A pesar de ello, el porcentaje del pasado ejercicio fue el segundo más elevado para Extremadura de una serie que se remonta a 2017.
Es decir, no resulta una novedad que el parque inmobiliario extremeño no es interesante para la inversión extranjera, ni las dificultades del mercado laboral de la región para atraer a trabajadores de fuera de nuestras fronteras regionales y nacionales.
En el conjunto de España, las adquisiciones de viviendas de extranjeros supusieron el 14,6% del total de operaciones. Nada que ver con la realidad extremeña. Por encima de esa media se sitúan comunidades autónomas con playa y ubicadas principalmente en el Levante español: en Baleares se supera el 32%; en la Comunidad Valenciana se roza el 29%; en Canarias es del 27%; en Murcia, del 23%, y en Cataluña, del 16%.
Las compras de inmuebles en estos territorios costeros son en un buen número de casos para segundas residencias y pensando en el ocio vacacional. Mientras que en Extremadura, las adquisiciones suelen ser de trabajadores que se asientan en la región.
Así se puede concluir al observar las nacionalidades de los compradores. En las comunidades donde más peso hay de compras hechas por extranjeros imperan los británicos: son líderes a nivel nacional al firmar el 8% de las operaciones efectuadas por ciudadanos no españoles y los que más compran en Andalucía, Murcia y la Comunidad Valenciana.
En Baleares son los alemanes los que copan el mercado, seguidos de los británicos; en Canarias la mayoría de las compras de extranjeros son de italianos y alemanes, y en Cataluña, de franceses. Sin embargo, en Extremadura son los ciudadanos de Rumanía, Marruecos y Portugal los extranjeros que más viviendas adquieren. Estas tres nacionalidades suman prácticamente la mitad de las escasas operaciones que efectúan los extranjeros en la región.
Los agentes del sector inmobiliario extremeño no detectan hasta la fecha una destacada llegada de fondos de inversión a la comunidad en busca de viviendas con la intención de destinarlas al alquiler, ya sea de temporada o de largo plazo. Algo que sí se produce en otras comunidades más pobladas o con un mercado inmobilario más tensionado.
Sí constatan en el sector que hay promociones en las que una misma persona compra varias viviendas como forma de invertir. Son compradores que en algunos casos proceden de otros países, principalmente de Portugal.
Los escasos movimientos pensados en obtener rendimientos económicos en el mercado inmobiliario se producen en las grandes ciudades extremeñas, principalmente en Badajoz, que es en la que más dinámico se muestra el sector en los últimos años.
A pesar de que los ciudadanos extranjeros compraron más viviendas en 2024 en la provincia de Badajoz que en la de Cáceres, el peso de esas operaciones sobre el total fue inferior en el territorio pacense.
Las personas de nacionalidad distinta a la española adquirieron 89 inmuebles en Badajoz, el 1,36% del total en 2024, la menor tasa del país. Los rumanos, muy asentados en Tierra de Barros, lideraron esas operaciones.
En Cáceres fueron 77 las compras realizadas por extranjeros, un 1,81% del total, lo que sitúan a la provincia también a la cola de España, únicamente por delante de Córdoba, Jaén y, por supuesto, Badajoz. Marruecos, que tiene una fuerte colonia de ciudadanos en el norte de la comarca de La Vera, fue el país de origen de las personas que más operaciones firmaron.
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