Los ganaderos con lengua azul podrán cobrar ayudas de hasta 20.000 euros

Después de meses de tramitación, de conversaciones frecuentes con la Comisión Europea para que validara estas ayudas excepcionales, la Consejería de Agricultura va a publicar esta semana un decreto de ayudas muy esperado por parte del campo extremeño en dos sectores estratégicos como el del ovino y el de la cereza. La norma se aprobará previsiblemente este martes en Consejo de Gobierno.

Como se recordará, este diario avanzó en noviembre pasado que Bruselas permitía a sus Estados (y estos a sus comunidades autónomas) ayudas directas a las explotaciones afectadas por la lengua azul en Extremadura y también para los cereceros por pérdidas por lluvias. Con un tope presupuestario máximo, que era alredor de 30 millones.

Se autorizó a las comunidades autónomas a usar dinero que no esté ni comprometido ni gastado del vigente Plan de Desarrollo Rural (PDR). Pero quedaba por perfilar su contenido exacto. Quiénes podrían recibir esas ayudas extraordinarias y los requisitos clave.

HOY adelanta que finalmente la Administración extremeña destinará 28 millones de euros en ayudas. Para las explotaciones de ovino afectadas por la lengua azul, 14.640.000 euros; para las explotaciones cereceras, 13.360.000.

La cantidad final destinada a estas ayudas es el máximo que permite la normativa, es decir, el 10% de los fondos del 2021 y 2022 del PDR que finaliza este año.

 

Para empezar, los posibles beneficiarios deben cumplir un requisito básico. En el caso de los ganaderos de ovino, personas o entidades titulares registradas en el registro de explotaciones ganaderas, identificación y trazabilidad de Extremadura (Badigex). Ganaderos además con ovejas «con sospecha notificada de lengua azul» entre un periodo muy concreto. Entre el 1 de septiembre de 2024 y entre el 1 de enero de 2025.

Los primeros casos de lengua azul se confirmaron en Extremadura en septiembre pasado. En ese mes se declaró oficialmente la enfermedad de la lengua azul (serotipo 1) en la comunidad autónoma.

En octubre se hizo lo mismo con los serotipos 3 y 4 y, en noviembre con el 8. La llegada del frío, a partir de enero, hizo descender bajó sobremanera las infecciones aunque el daño ya era enorme.

La aparición de nuevos serotipos en España de la enfermedad ha supuesto, especialmente para la cabaña ganadera de ovino, graves pérdidas económicas para los titulares de las explotaciones. Han acarreado una gran morbilidad y mortalidad en los animales afectados.

En el caso de los productores de cereza, pueden recibir ayudas los afectados por el «colapso productivo por lluvias persistentes durante el periodo crítico» del cuajado del fruto en 2024. Podrán percibirlas las personas o entidades que estén inscritas en el Rexa (registro de explotaciones agrarias) con superficie de cereza en comarcas del norte de Cáceres.

Un segundo aspecto relevantes tiene que ver con las pérdidas necesarias para reclamar esas subvenciones. En el caso de los estos productores, la pérdida debe ser igual o superior al 30 % del potencial productivo.

En el de los ganaderos, debe ser siempre superior al 30% del potencial productivo de cada explotación de la que sea titular.

En cuanto a las cuantías, el decreto que aprobará hoy el Ejecutivo regional especifica que las ayudas oscilarán entre los 3.000 y los 20.000 euros en función del número de animales de la explotación y se parte de un mínimo de 50 cabezas para poder tener derecho a recibirlas.

En el caso de las explotaciones cereceras, las ayudas oscilarán entre los 2.000 y los 12.000 euros y se exige un mínimo de 0,5 hectáreas para poder presentar la solicitud.

 

La Junta debe ser muy rápida para que el dinero autorizado por la Comisión Europea llegue a los bolsillos de los profesionales del campo. Fuentes de Agricultura admiten a este diario que este decreto ley que será aprobado hoy «ha exigido una compleja negociación con las instituciones comunitarias para garantizar el encaje jurídico y financiero de la medida en el marco de desarrollo rural europeo».

Requerirá de una «agilidad administrativa sin precedentes, con el objetivo de llegar a tiempo para cumplir el plazo comunitario de resolución de las ayudas». Esto quiere decir que deben estar resueltas antes de poco más de un mes, antes del 30 de junio, y abonarlas a los beneficiarios antes del 31 de diciembre de este año.

Esta doble línea de ayudas excepcionales, subrayan desde la Administración extremeña, «supone un ejercicio firme de respuesta publica ante los problemas del campo extremeño en defensa del interés regional».