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Más presión para Carles Puigdemont. Una nueva marca independentista, con vocación de presentarse a las próximas elecciones catalanas, se ha presentado este jueves en ... sociedad en Barcelona ante unas 300 personas. 'Dempeus per la independencia' (En pie por la independencia') nace como futura lista electoral creada «única y exclusivamente para conseguir la independencia». Sus impulsores son exdirigentes de la ANC, como su expresidenta, Dolors Feliu, o Josep Punga, que compitió contra Lluís Llach por la presidencia de la plataforma soberanista. El nuevo partido tiene un fuerte carácter de antipolítica. «Nos rebelamos contra la clase política, contra el 'procés', contra la engañifa de 2017, contra el secuestro emocional y contra la idea de que la independencia no es posible», según reza el corpus ideológico fundacional.
Esta plataforma nace con la intención de convertirse en lista electoral en las próximas catalanas, previstas para no antes de 2028. Y plantea toda una enmienda a la totalidad contra los dos partidos mayoritarios del nacionalismo: Junts y Esquerra.
Entre las personas que figuran como impulsoras del proyecto, además de Feliu, están Roger Español y Josep María Ximenis. Son tres figuras relevantes del secesionismo. Feliu fue presidenta de la ANC entre 2022 y 2024. Pudo haber optado a un segundo mandato, pero renunció. Dejó a la ANC divida y al borde de la fractura precisamente por promover una candidatura electoral desde la propia entidad nacionalista. Las bases se lo impidieron en una consulta interna. Aquel intento desde la ANC coge forma ahora desde Dempeus. Español, por su parte, fue candidato de Junts al Senado en 2019. Perdió un ojo por el impacto de una pelota de goma lanzada por un policía nacional en las cargas contra el referéndum del 1-O de 2017. Ximenis, mientras, exalcalde de Arenys de Munt (CUP), fue uno de los impulsores de la consulta soberanista de Arenys de Munt, en 2009, que fue la semilla de una ola de consultas populares en decenas de municipios y que puso las bases al 9-N y luego al 1-O.
El proyecto busca su electorado entre los miles de independentistas que se han pasado al grupo de abstencionistas. En 2017, el secesionismo sumó 2,1 millones de votos. En las últimas elecciones, se quedó en 1,2 millones. Descontando el trasvase entre bloques, son varios cientos de miles de votantes que siente huérfanos. Una parte ya ha encontrado a la ultraderechista Aliança Catalana.
Por esta razón, puede suponer un nuevo quebradero de cabeza para Carles Puigdemont. La gran preocupación electoral del expresidente de la Generalitat se llama en estos momentos Aliança Catalana. La formación ultra, con dos diputados, puede llegar a arrebatar entre 8 y 10 a Junts, según el último CEO. Si además surgen más candidaturas nacionalistas, como Dempeus, la representación secesionista se atomizará, perjudicando a Junts, que trata de aglutinar el voto independentista.
La apuesta de Puigdemont de investir a Sánchez a cambio de su amnistía no le ha reportado beneficios de momento. Ni ha conseguido regresar a Cataluña libre de cargos, ni su partido ha salido reforzado. Más bien todo lo contrario. Es Illa quien crece en las encuestas y Junts continúa a la baja. No acaba de definirse: ni es una nueva Convergencia, a pesar de que Puigdemont ya ha situado a los suyos en despachos relevantes como Renfe, Aena, Indra, RTVE, CNMC o Enagás; ni es la Junts de 2017. En el partido, hay voces, aún minoritarias, que piden al expresidente que rompa con Pedro Sánchez y radicalice el discurso, viendo que Aliança Catalana, sobre todo, puede llevarse el voto más unilateralista.
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