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La presidenta del Gobierno madrileño, Isabel Díaz Ayuso, y la ministra de Sanidad, Mónica García. EP

Virtud y debilidad

En diagonal ·

No había ninguna fe en que esta conferencia de presidentes fuera a servir para solucionar algún problema de las comunidades y sus ciudadanos.

Sábado, 7 de junio 2025, 00:13

Volvemos a hablar de Ruiz Mateos. De su Supermán. De su «que te pego leche» a Boyer. Por el 'Aldamazo'. Por la exhibición de gente pintoresca. Leire y esas zarandajas. Escribió Umbral que, tras la expropiación de Rumasa, Ruiz Mateos se convirtió en una folclórica. En ese sentido de no pasar inadvertida, Ayuso es una folclórica. Es su actitud. Y su actitud es su mayor virtud. Y su gran debilidad. Dijo que no se iba a poner el pinganillo. Habló Pradales en euskera y se fue. Pero volvió.

Lo que no había avisado era lo que le iba a soltar a Mónica García cuando intentó darle dos besos. «¿Vas a saludar a una asesina?» (por las residencias). Estuvieron un rato hablando hasta que llegó alguien de protocolo a cortar la interrupción. No había ninguna fe en que esta conferencia de presidentes fuera a servir para solucionar algún problema de las comunidades y sus ciudadanos. Pero siempre hay fe en que Ayuso dé la campanada. La avisada y otras.

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