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Extremadura cumplió con creces el objetivo de déficit en 2024. Los datos de Fedea sobre las finanzas autonómicas indican que el superávit presupuestario extremeño se situó en el 1,6% del PIB regional, la tasa más elevada de todo el país.
En el lado opuesto, tan solo cinco comunidades autónomas incumplieron esa meta económica, cuyo límite está fijado en una décima del PIB de cada territorio: la Comunidad Valenciana, Murcia, País Vasco, Cataluña y Madrid. Sin embargo, el peso de estas regiones en la economía nacional provocó que el déficit del conjunto de las autonomías se situara en el 0,12%. «Así pues, las comunidades autónomas en su conjunto han cumplido aproximadamente el objetivo presupuestario», expone con cierta manga ancha el informe de Fedea.
En total, el superávit extremeño fue de 420 millones de euros. Únicamente inferior al de Canarias (537 millones) y Andalucía (1.581). El déficit del conjunto de las regiones fue superior a los 1.900 millones de euros.
El saldo presupuestario de 2024 en Extremadura contrasta con el de 2023, cuando de registró un déficit de 273 millones de euros. Se trata de la evolución más destacada a nivel nacional, con una variación positiva del 2,7%, que viene de la mano del aumento de los ingresos y la reducción de los gastos. «En términos generales, la mejora del saldo presupuestario proviene fundamentalmente de la positiva evolución de los ingresos como resultado de la recuperación económica y de la cuantiosa liquidación del SFA (sistema de financiación autonómico) de 2022, cobrada en 2024, así como de la relativa contención del gasto, que en promedio crece ligeramente por debajo del PIB», detalla el documento elaborado por Fedea.
Precisamente, el funcionamiento del SFA y las transferencias del Estado a las comunidades autónomas son distorsiones que afectan a las cifras brutas del déficit. De hecho, Fedea ya advierte que esos datos brutos son bastante engañosos para los últimos ejercicios. «Los excelentes datos de déficit autonómico de 2020 y 2021 se debieron fundamentalmente a un aumento de las transferencias extraordinarias del Estado por encima de lo que habría sido necesario para cubrir los gastos generados directamente por la pandemia», se lee en la nota que acompaña al informe.
En Extremadura hubo un déficit de 48 millones de euros en 2020, ligeramente superior a la media del conjunto de comunidades autónomas en términos de saldo en relación al PIB, y un superávit de 49 millones en 2021.
Además, las liquidaciones del SFA se realizan con dos años de retardo, lo que explica el repunte del déficit durante los últimos dos ejercicios pese a la recuperación económica. El saldo presupuestario extremeño fue negativo en 283 y 273 millones de euros para 2022 y 2023, respectivamente. Ambos déficit estuvieron por encima del 1,1% del PIB regional, tasas superiores a la media de todas las regiones.
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